Como resulta obvio, la formación online no existiría sin Internet. Ambos factores, la Red y la formación a distancia a través de ella, están directamente relacionados. Esto significa que también se influyen cuando evolucionan.
Al principio la formación online se basaba estrictamente en el correo electrónico. Los usuarios recibían material digital de estudio en base a mails que la institución enviaba a los estudiantes registrados. En este ámbito tienen cabida desde documentos informativos hasta exámenes que los usuarios podían completar digitalmente e incluso enviar de nuevo como respuesta a esos mails.
Posteriormente se creó el acceso virtual a plataformas de estudio. En estas iniciales páginas web, el usuario disfrutaba de un entorno de navegación entre páginas e, incluso, podía acceder a material multimedia. No se había promocionado tanto el archivo audiovisual, pero las imágenes incluso en el formato interactivo sí eran una constante.
Estas plataformas iban evolucionando y cada vez se podía interactuar más con ellas, hasta el punto de que las acciones de los usuarios influían directamente en los paneles de control que los responsables del curso tenían para evaluar a los alumnos, así como también para seguir su desarrollo en la adquisición de nuevo conocimiento.
Mientras estas plataformas se ampliaban y mejoraban tecnológicamente, el reinado del teléfono móvil se hacía más evidente. El último paso de la formación online es el del multidispositivo, es decir, la posibilidad de realizar el curso desde cualquier dispositivo móvil en cualquier momento, siempre que se tenga o bien conexión a Internet o bien los documentos digitales necesarios descargados.
Como evolución el entorno móvil ha supuesto un valor añadido para la formación online, dado que permite la utilización de apps de control del estudio, del conocimiento o incluso de exámenes digitales cuya valoración recibe directamente el responsable de cada curso.
Gracias a la evolución de Internet, la formación online ha podido seguir creciendo y desarrollándose. Ambas siguen mejorando continuamente, siendo así este entorno de estudio digital el más adecuado para identificar la evolución de la manera de ofrecer contenido digital a nivel educativo.
Como sucede con otros sectores, el de formación online es así pionero con respecto a otros sectores, de manera que se hace recomendable analizarlo y mantener un seguimiento del mismo, para conocer hasta qué punto avanza la transmisión de conocimiento desde Internet.
Lo próximo será la aplicación de entornos virtuales como la realidad aumentada o la realidad virtual, para una inmersión mayor del estudiante. A partir de aquí las posibilidades las marcarán la evolución de la Red.