La formación online se presentó originalmente como el acceso por Internet a contenidos teóricos. Sin embargo, el desarrollo de la Red y de las nuevas tecnologías, ha fomentado un uso cada vez mayor de los componentes multimedia y el vídeo, tal y como vaticinaban las grandes empresas del sector, se erige como el contenido más demandado, incluso también por los estudiantes.

El acceso a las clases online

Una de las principales diferencias entre clases online y clases presenciales es la posibilidad de repetir la visualización.

Las clases online no dejan de ser archivos digitales que pueden reproducirse una y otra vez. Esto permite al estudiante volver a repasar la lección de una forma más detallada o recuperar la explicación sobre ciertas partes del temario, que en la primera visualización no se le han quedado claras.

Obviamente también está a su favor la posibilidad de acceder en cualquier momento, desde cualquier lugar y dispositivo y pausar la reproducción cuanto se desee.

Clases online en directo

Las clases online incluso están incorporando en el formato de streaming en directo la posibilidad de interactuar con el profesor y hasta el resto de estudiantes o asistentes.

Esto equipara casi todos los elementos de las clases presenciales a las clases online, junto a todas las ventajas que incluye. Supone por tanto un avance y una experiencia inmersiva mucho mayor para todos los alumnos que asisten a la clase y tienen dudas o comentarios que enriquecerán la explicación.

Por descontado, esto requiere ciertos condicionantes. En primer lugar solo los estudiantes que puedan asistir en el momento de la clase online podrán interactuar en directo con el profesor. Por otra parte, es una oportunidad única, no disponible obviamente en la repetición de la clase. Pero sí es un valor adicional que, aunque efímero, siempre ofrece ventajas respecto a otras opciones.

Clases mejor estructuradas

¿Es más fácil dar una clase online que una clase presencial? En muchos casos puede creerse que es exactamente lo mismo, pero lo cierto es que las clases impartidas online carecen de muchos elementos que pueden distraer al profesor, romper el ritmo de la explicación, etc.

Si el profesional que imparte la clase online puede gestionar sin inconvenientes los recursos digitales, podrá ofrecer el contenido mucho más sintetizado, centrarse en ejemplos y explicaciones gráficas e incluso interactivas, mejorando con ello el aprendizaje de los alumnos y recortando la duración de la clase.

feria

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